Rotura del tendón de Aquiles

Rotura del tendón de Aquiles

La rotura del tendón de Aquiles es una condición de relativa frecuencia, tanto en la guardia como en el consultorio, que se produce luego de una contracción brusca del tríceps sural (músculo de la pantorrilla) al subir escaleras o realizando algún deporte. Aunque puede producirse a cualquier edad, es más frecuente entre los 30 y 50 años, con ligera predilección por el sexo masculino. El sitio de rotura es generalmente entre los dos y seis centímetros de su inserción en el calcáneo.

El paciente suele decir que algo o alguien lo golpeó en el tobillo (signo de la pedrada) e inmediatamente siente dolor y pérdida de fuerza para caminar y para ponerse en puntas de pie.

El diagnóstico de rotura es relativamente fácil de hacer ya que el tendón es superficial y puede palparse fácilmente un defecto en él. Además el especialista cuenta con maniobras clínicas para poner en evidencia la falta de continuidad. No es estrictamente necesario realizar estudios complementarios como ecografía o resonancia magnética nuclear.

Si bien el tratamiento conservador es una opción, se recomienda el tratamiento quirúrgico. Si se realiza tratamiento ortopédico el porcentaje de una nueva rotura es cuatro veces mayor que con la cirugía.

Existen muchas opciones quirúrgicas pero en la actualidad preferimos técnicas mini-invasivas (percutáneas) y sin tener contacto con el sitio de la rotura, de manera que se mantiene el hematoma propio de la lesión y eso estimula la correcta cicatrización del tendón.

El postoperatorio generalmente se cursa sin dolor. De todas maneras se administrarán analgésicos endovenosos y orales según se requiera.

Se realiza inmovilización y se permite el apoyo a partir de la segunda o tercer semana de operado con un taco especial para proteger el tendón reparado.

Cualquiera que sea la técnica quirúrgica utilizada, no se permite el retorno al deporte hasta no cumplir con seis meses postquirúrgicos.