Hallux Valgus
El Hallux Valgus o Juanete es una deformidad frecuente del antepié que consiste en la desviación del dedo gordo hacia afuera y muchas veces se acompaña de dolor o deformidad de los dedos menores. Es más frecuente en mujeres que en hombres. Su origen se relaciona con un componente genético (generalmente por herencia materna), aunque factores extrínsecos como el uso de calzado de punta estrecha, tacos altos y el sobrepeso influyen notoriamente en su aparición y progresión.
El motivo que habitualmente lleva al paciente a la consulta es el dolor o molestia que produce el callo o la bursitis que se forma en la prominencia ósea del borde interno del pie. Otros pacientes consultan por la dificultad para calzarse o para conseguir calzado apropiado para su pie. Un tercer motivo de consulta es por razones estéticas.
El diagnóstico se realiza con un correcto examen clínico. El especialista solicitará radiografías para evaluar la severidad del hallux valgus. Por lo general no es necesario solicitar otros estudios complementarios.
En cuanto al tratamiento, no existen métodos que impidan la progresión de la deformidad. Existen en el mercado protectores de silicona, plantillados y separadores de dedos que pueden aliviar temporalmente los síntomas, aunque en algunos casos estos dispositivos pueden ser perjudiciales ya que pueden hacer que progrese la deformidad de los dedos menores. Se indica el uso de calzado ancho para no comprimir el antepié.
La cirugía está indicada cuando el juanete es doloroso o cuando existe conflicto con el calzado, a pesar de haber realizado un tratamiento conservador adecuado. El porcentaje de éxito de la cirugía es mayor al 95 %.
El tratamiento quirúrgico es personalizado, dependiendo también de las características del paciente y no solo de la deformidad existente. Hay descriptas muchas técnicas quirúrgicas y adaptamos las mismas a las necesidades de cada paciente. No existe, por lo menos por ahora, el tratamiento o la cirugía láser para el hallux valgus. Eventualmente, utilizamos técnicas mini-invasivas que aportan beneficios estéticos y biológicos pero que deben ser utilizadas bajo una selección muy cuidadosa. Por regla general, actualmente se prefieren las osteotomías (correcciones a nivel óseo) que corrigen la deformidad estructural del pie, disminuyendo fuertemente el riesgo de recidiva de la deformidad.
La cirugía la realizamos con anestesia regional, lo que permite un postoperatorio muy confortable y prácticamente sin dolor. No obstante, las molestias que pueden aparecer en las primeras horas después de operado son muy bien controladas con medicación analgésica que proporciona un adecuado postoperatorio domiciliario.
El alta sanatorial se otorga dentro de las 24 horas de operado, luego de cumplir con los protocolos recomendados. El paciente se retira solamente con un vendaje, no utilizando yeso como medio de inmovilización. Al día siguiente de la cirugía se puede apoyar el pie con un zapato de suela rígida que, en líneas generales, deberá utilizar por 4 semanas y no necesita muletas.