Pie Diabético

By 9 febrero, 2018 Artículos No Comments

Pie Diabético

La Diabetes Mellitus es una enfermedad crónica que afecta varios órganos y sistemas del cuerpo humano, entre ellos el sistema musculoesquelético, con especial afección de los pies. Estas afecciones, neuropatía (pérdida de la función de los nervios) y enfermedad vascular periférica (disminución de la circulación) se producen en pacientes que tienen un mal control de la glucemia en forma sostenida a lo largo de años y en forma silente van produciendo cambios estructurales de los pies que pueden terminar con algunas de las siguientes complicaciones:

  • Úlceras: pérdida de la continuidad de la piel (heridas) que suelen ser difíciles de cicatrizar o predisponer a infecciones por pérdida de la barrera natural de la piel. En general se producen por alteraciones en el apoyo del pie asociado a un mal estado de la piel y un calzado inadecuado.
  • Infecciones: infecciones de la piel (celulitis), infecciones óseas (osteomielitis) y colecciones de pus (abscesos). Hay que tener en cuenta que en los pacientes diabéticos el sistema inmune no funciona en forma adecuada.
  • Gangrena: tejido muerto que resulta de la falta de irrigación de regiones del pie.
  • Artropatía de Charcot: fracturas y luxaciones que pueden provocar graves deformidades del pie que predisponen al desarrollo de úlceras o infecciones.
  • Amputación: en sus diferentes niveles (dedo, pie, pierna, muslo) es el resultado de años de mal control de la glucemia y falta de cuidados de los pies.

Síntomas

Los síntomas de la neuropatía pueden incluir la pérdida de sensaciones de protección o dolor, sensaciones de hormigueo o un dolor exagerado con el roce del calzado o las sábanas y alteraciones en la hidratación (pies resecos). Los pacientes pueden desarrollar ampollas, abrasión o heridas, hiperqueratosis (callos) pero es posible que no sientan ningún dolor, esto suele ser la causa de un retraso en la consulta con su médico de cabecera. La disminución de la circulación puede causar decoloración de la piel, cambios en la temperatura de la piel o dolor. Dependiendo del problema específico que se presente, los pacientes pueden notar hinchazón, decoloración (piel roja, azul, gris o blanca), vetas rojas, aumento del calor o frialdad, lesión sin dolor o dolor mínimo, una herida con o sin drenaje, manchas en las medias, hormigueo o deformidad. Los pacientes con infección pueden tener fiebre, escalofríos, temblores, enrojecimiento, drenaje, pérdida del control del azúcar en la sangre o shock (presión sanguínea inestable, confusión y delirio).

Factores que influyen en el desarrollo de estas complicaciones.

El principal factor que influye en el desarrollo de estas complicaciones es el mal control del azúcar en la sangre (glucemia) en forma sostenida durante varios años y en general el diabético tipo II en el momento de su diagnóstico ya tienen alteraciones en el sistema nervioso o vascular.

Entre los desencadenantes se encuentran el calzado inadecuado con costuras, flojos, con objetos extraños en su interior como piedras alfileres o clavos que el paciente diabético no tiene la capacidad de sentirlos, andar descalzos, quemaduras por exceso de frío o calor, hongos interdigitales, callos y pies resecos, medias con elástico que presionan  o que mantengan la humedad, uñas encarnadas, traumas como un esguince de tobillo que puede

Diagnóstico

El paciente con diabetes es el primero que debe examinar en forma periódica sus pies (mirarlos, tocarlos, mirar las medias y observar si hay sangre o alguna secreción). Hay que tener en cuenta que algunos pacientes con diabetes tienen alteraciones de la visión y necesitan que un familiar evalúe sus pies. Y además suelen tener retracciones musculares que no le permiten llegar a sus pies por lo cual es aconsejado ayudarse con un espejo.

Evaluación clínica por su médico de cabecera. Y una visita anual con un traumatólogo especialista en pie y tobillo si están sanos, cada 6 meses si tuvo alguna lesión y cada tres meses si tuvo lesiones y se repitieron. Tenga en cuenta que el abordaje del pie diabético es multidisciplinario y requiere de la evaluación de su médico de cabecera, dermatología, cirugía vascular, infectología, endocrinología, neurología, traumatología, hemodinamia, cirugía plástica, enfermería, psicología, kinesiología o la que considere derivarlo su médico de cabecera o el equipo.

Cuando aparecen complicaciones existen diferentes métodos complementarios que van desde un estudio simple como es la medición de la temperatura, radiografía hasta métodos complejos como la resonancia magnética nuclear, arteriografía y estudios bacteriológicos.

Tratamiento

Nuevamente insistimos en que el mejor cuidado para sus pies es el buen control del azúcar en sangre.

Cuando aparecen complicaciones, los tratamientos van desde antibióticos, uso de apósitos y cremas en el tratamiento de las úlceras, cremas hidratantes, plantillas, calzados especiales, botas, descarga de peso (no apoyar) hasta cirugías con diferente nivel de complejidad como revascularización, limpiezas, injertos de piel, uso de plasma rico en plaquetas, osteotomías, fijación de articulaciones, amputación. La amputación es una situación no deseada por ninguno de nosotros, pero no es el final, sino que es un cambio al que debe adaptarse el paciente y requiere de la contención familiar, asistencia de fisiatría, kinesiología y psicología.

Prevención

El paciente con diabetes debe tener en cuenta que sus pies van sufriendo cambios a lo largo de los años y que al no sentir dolor hay un retraso en la consulta y pueden terminar en algunas de las complicaciones mencionadas.

Mirar sus pies: el paciente debe mirar todos los días los pies en forma directa (antes de calzarse y al retirarse los zapatos y con buena iluminación), ayudarse con un espejo o que los evalúe un familiar. Observar las medias para evaluar si hay sangre o secreción (se recomienda que sean de algodón, sin elástico ni costuras y blancas o de colores claros).

Tocar sus pies: tocar sus pies con el dorso de la mano y compararlos para ver si hay diferencias de temperatura. Evaluar si hay callos o grietas que pueden predisponer al desarrollo de úlceras.

Piel: a la hora de la ducha usar jabón cremoso (no se recomiendan jabones neutros, de glicerina o antibacterianos), tocar con la mano la temperatura del agua, tiene que estar tibia (recuerde que su percepción del dolor o temperatura puede estar alterada), secar bien cada uno de los espacios entre los dedos para evitar que se maceren (no se recomienda el uso de secador de pelo ya que puede quemarse), evaluar si están resecos y usar crema hidratante (no colocar entre los dedos).

Uñas: límelas en forma recta. No se recomienda el uso de alicate o tijeras. Si tiene dificultades físicas o visuales se recomienda que lo haga un podólogo.

Calzado: debe ser suave y cómodo, se recomienda comprar el calzado a última hora del día (debido a que sus pies están más “hinchados”), fijarse que no tengan costuras en su interior, anchos en la parte delantera del pie y de 2 a 4 centímetros de taco.

Ejercicio: realice ejercicios recomendados por su médico 2 veces al día.

NO CAMINAR DESCALZO.

NO USAR CALZADO INADECUADO (OJOTAS, ALPARGATAS, CHATITAS).

NO USAR BOLSA DE AGUA CALIENTE.

NO COLOCAR HIELO DIRECTO.

NO USAR ELEMENTOS CORTOPUNZANTES PARA QUITARSE CALLOSIDADES O CORTARSE LAS UÑAS.

NO USAR ÁCIDOS PARA ELIMINAR CALLOSIDADES.

NO COLOCAR VENDAJES QUE COMPROMETAN LA CIRCULACIÓN.

NO SECARSE LOS PIES CON SECADOR DE PELO.

¿Cuándo consultar urgente a su médico?

Al evaluar sus pies todos los días usted debe estar atento a las siguientes lesiones:

Ampollas

Heridas

Zonas rojas

Diferencias de temperatura

Secreciones que mojen sus medias

Hematomas

Aparición repentina de dolor

Aparición repentina de edemas

Recuerde que con un buen control de su glucemia, la prevención de situaciones que pueden lesionar sus pies y estar alerta ante lesiones que requieren un control médico, usted puede evitar complicaciones mayores que ponen en riesgo sus pies.